Mi nariz no se lleva
con mis piernas
y mi ombligo
no conoce a la oreja.
Jamás la tocó.
Mis uñas no pueden ver
a los intestinos
y mi hígado no sabe de las manos
cuando pelo manzana.
Mi cuello y mi tobillo
caminan sin saber que estoy exhausta.
Mi cuerpo contiene secretos
indescifrables
porque es una unidad
desconcertante.