El rojo de mi lado
explota el año del algodón.
Los retazos amanecen
con una corona
de frutos morados
en la espera
del duende mensual.
Eran vuelos en el resto del hijo
que dormían en el borrón del lienzo.
Era mi bandera que se ruborizó
y fundó la sangre derramada en mi cuerpo.
Era la patria del goce
la única patria posible.
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